Ser tímido implica no confiar demasiado en uno mismo. Se puede ser tímido en varios ámbitos, en uno solo o, quizá, en ninguno, depende de donde se sitúe tu déficit (o vacío) de confianza. Siempre implica a más gente, no conozco a nadie que se muestre tímido ante una puerta o su microondas. Se es tímido ante personas y situaciones con personas.
En mi (para nada válida) opinión, las más altas cotas de timidez (en el caso de serlo) se alcanzan con personas del sexo contrario, o hablando (o actuando) para un público, aunque no van siempre juntas.
Alguien con mucha labia para las mujeres puede tener un pánico atroz a hablar en público, así como un conferenciante puede sufrir un ictus ante la perspectiva de hablar a solas con una mujer. Todos los ejemplos que pongo son con un hombre como protagonista, porque yo lo soy (verdad, Gandalf?) y solo puedo hablar por mí mismo. Si alguna quiere igualdad, que escriba ella o se vaya a un blog del Venca. Sin acritud, jaja.
Cada uno en lo suyo, sufre su timidez a lo bestia, porque cuesta un huevo deshacerse de ella. Es dura, rocosa y siempre está presente cuando te enfrentas a tus inseguridades, incluso cuando crees que ya sabes desprenderte un poco de ella, gracias a tus (tormentosas) experiencias pasadas.
Ya puedes estar dándolo todo en una fiesta con tus colegas, pasándolo pipa (que expresión más moderna, no?), que si eres tímido con las mujeres, vas a balbucear la lengua de retralia (el retraliano) a la que te toque hablar con una. Igual crees que borracho mejoras en este tema, pero la realidad es que tu forma de expresarte es, por lo general, aún peor.
Si eres Messi en tu curro (y si no también), pero te da corte hablar en público, cuando te toca dar la charla a la gente, sudas sangre, mientras te escuchas a ti mismo con tu voz, temblorosa y falta de energía y convicción, hablando de algo que conoces perfectamente. Ni te cuento si encima no tienes ni puta idea del asunto. Si eres de éstos, cuando te tocaba leer en público en el cole, habrías preferido que el abismo se abriera bajo tu mesa.
Vencer a la timidez es ardua tarea. Dile tu al que tiene miedo a las arañas que mate a una, que es muy pequeñita y no le va a morder. Te manda a la mierda pero fijo. Pues cuando un tímido lucha contra ello es similar a derrotar ese miedo (aunque se puede hacer). El alcohol va bien (o no) para el que sufre con el sexo opuesto, pero no sirve de nada para hablar en público.
Entrenar y enfrentarte a menudo con situaciones de éstas te ayuda a mejorar, pero siempre vas atacado de los nervios si sabes que te vas a enfrentar a ello, o te quedas bastante pájaro y sin saber reaccionar si te pilla de improvisto. Y luego sueles llevarte de regalo una bonita rallada de cabeza acerca de si debiste hacer o decir eso o lo otro, si lo habrás hecho bien... un drama.
En resumen, tímidos del mundo, serlo es una mierda. No te proporciona nada más que malos ratos y grandes (y graves) opciones de hacer el ridículo y quedar mal, que es probablemente lo que más querías evitar.
Ahora que ya lo sabéis, no dejéis de agradecérmelo en los comentarios, pero si dejad de ser tímidos (y me explicáis cómo xDD)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario