Modo Dinosaurio ON

Hola, legión de fans incondicionales, recibid un afectuoso piquete de ojos todos vosotros.

Ayer me levanté para ir al curro, y en modo zombie deambulé hasta llegar al lavabo. Hasta ahí mi día era normal, pero me dirigía al abismo sin saberlo. Abrí el grifo con ánimo de hacer el bien, para lavarme la cara más concretamente, pero cuando me agaché, un relámpago de dolor me atravesó el lomo, mientras la zona lumbar emitía un crujido que no podía indicar nada bueno. Una décima de segundo después, mi ingenuo cerebro ordenó al cuerpo levantarse, como si nada hubiera pasado, a lo que la espalda respondió con un segundo crujido, que me hizo disfrutar de una gloriosa flojera de piernas que acabó conmigo de rodillas en el suelo del lavabo, agarrado al mármol miserablemente para no caerme del todo.

Me ayudaron a levantarme y me arrastré de nuevo a la cama, donde tampoco encontraba ningún tipo de alivio. Parecía una cucaracha de 95 Kg intentando darse la vuelta, pero además quejándome todo el rato y necesitando ayuda hasta para hacer la croqueta en la cama, en busca de una posición de calma que no encontré hasta pasado mucho rato. Uno de los amaneceres más dantescos que se recuerdan a este lado del atlántico.

A partir de ahí, mi día transcurrió en una suerte de niebla imperecedera, sumido en los vapores del voltarén y los cigarros con thc, mientras el dolor, constante y continuado, pese a mis remedios, me hacía ir del ordenador a la cama, de la cama al balcón y de ahí al ordenador de nuevo, siempre acompañado por el eBook y mi caminar pingüinesco y extremadamente lento. Además, para levantarme de un sitio y dirigirme a otro tardaba interminables minutos. Estoy seguro que han existido dinosaurios de cientos de miles de toneladas de peso, mucho más ágiles que yo.

Hoy el dolor persiste pero quizá no tan intenso. Creo que ahora podría batir a un caracol en un paseo de 10 metros, pero tampoco lo apostaría. El lunes me apunto a la piscina, si es que ya puedo caminar.